Ana Karina Santos. La fuente principal de inspiración del artista Néstor Siri, es precisamente la Patagonia, un lugar cuya belleza hace entender al ojo humano que la perfección es posible y viene de la naturaleza y que él capta a la perfección y plasma con su pincel en el lienzo.
Oriundo de Dique Florentino Ameghino, una pequeña villa que interrumpe el libre albedrio del rio Chubut. Nacido en Criado en Patagonia Argentina, Siri en las artes es autodidacta, como él mismo lo precisa, esto suele ser a veces un dolor de cabeza porque: “uno siempre termina autocorrigiendo y creyendo que siempre falta algo”.
Sobre su inspiración a la hora de tomar sus pinceles para crear hermosos paisajes ha manifestado: “Pinto y trato de pintar un paisaje típico patagónico, al sur de Rio Negro hasta Tierra del Fuego. La Patagonia Argentina a diferencia de la Chilena es más árida y esa aridez me atrapa, aunque unas pocas pinturas tengo de la Patagonia Chilena, tan admirable como la nuestra”.
Enfatiza que a través de su pincel trata de captar eso que un turista se pierde cuando recorre la Patagonia en un avión. “Trato de mostrar cómo viven nuestro paisanos, muchos en negro. Aunque yo los pinto mayormente sin gente (así debería ser por cuestiones de dignidad), muchos de ellos están habitados, entregaron y entregan sus vidas por sus patrones quienes obtienen ganancias importantes a partir de los cuidados de sus peones y estos reciben a cambio “los vicios “ cigarrillos, harina, fideos y algún vino cada tanto, y así como tirados en el campo, con un “mono” (colchón, pilchero y algún “recao”, acomodan los ranchos por caerse y se instalan a trabajar. Con mucho esfuerzo, levantan nuevos reparos, con piedras y barro del lugar. Así vieron y así ven crecer a sus hijos y los sueños. Hasta que un día emigran iniciando un largo peregrinar hacia las grandes ciudades, donde los reciben en sus márgenes o villas. Extranjeros de sus propias tierras”.
Aparte de capturar historias de desigualdad, también se las ingenia para plasmar imágenes de hermosas construcciones: “En otros casos pinto las construcciones galesas, pueblo que llego a Patagonia en 1865 y sin hostilidades de por medio se afianzo y creció fundando las ciudades de hoy en algunos casos”.
“No todo es malo, y en mi condición de dueño del pincel, pinto el cielo bien azul, que es una característica de la Patagonia, limpio sin contaminación, con mucha luz y mucho brillo, y resalto los verdes porque en la aridez de la meseta son escasos y forman pequeños oasis en torno a esos ranchos que te he descrito. Nuestras tardes de verano son extensas (mas allá de las 21,30 horas… únicos. Trato de pintar eso, apacibles tardes y jornadas ventosas….”
“Los viejos edificios, granjas, faros, casas antiguas, viejos correos , puestos de campo que en la práctica ya no se utilizan o muestran un abandono que los condena al olvido y la desaparición, son parte de mi obra. No dejan de ser un reconocimiento a la gran mayoría de los «héroes anónimos» que en el medio de la nada, eligieron a Patagonia como su lugar. Quiero que cuando alguien se pare frente a una de mis obras, más allá de juzgar el estilo, sea trasportado a un lugar de la Patagonia. Si logro eso ¡el esfuerzo habrá valido la pena!”, expresó el artista.
Un año lleno de experimentación
Siri señala que en este 2020 quiere seguir exponiendo, “en cuanto lugar surja la oportunidad y en cuanto a cual obra me atrae más , por si no quedo claro, es el rancho patagónico, sea en pincel y acrílico, dibujo rápido , carbonilla o acuarela….. el que más me gusta. siempre creo que es el último que subo en las redes, pero sigo enamorado de las creaciones que comparto con el mundo”.